Deco y series: Mid Century, "Mad men" y la funcionalidad estética

Deco y series: Mid Century, "Mad men" y la funcionalidad estética

No sé si les pasa, pero como amante de la decoración, consciente o inconscientemente siempre estoy a la caza de elementos y “visiones” que me agraden a la vista, por más que no esté “trabajando”. Una de las experiencias más bellas en ese sentido la viví cuando descubrí la serie “Mad Men”, hace un tiempo. Y me maravillé con el estilo de decoración Mid Century, en plena atmósfera neoyorquina de mitad de siglo pasado.

El hipnótico mundo publicitario de Madison Avenue de los ´60 actúa como telón de fondo para situaciones y emociones humanas fuertes, de esas que nadie está exento. Además de todo el abanico increíblemente seductor que tiene la serie (bellezas humanas en forma de actores y actrices, guion, situaciones), la propuesta deco me maravilló. Líneas puras, estilo simple y limpio, elegancia extrema sin una gota de excentricidad y mucha luz.

Nada de ostentación, mucho de buen gusto.

No sé si todo tiempo pasado fue mejor, pero gran parte de lo creado ayer es demasiado bello como para dejarlo de lado hoy. Los amantes de lo retro y lo vintage lo saben. En la actualidad, el estilo Mid Century es uno de los más considerados. Y hay muchas razones para ello.

Nacido a mitad de siglo pasado en Europa –y logrando una especial resonancia en el diseño “escandi” o nórdico–, la “marca” Mid Century es una síntesis impecable entre estética y funcionalidad. Imaginemos el mundo en esa época post guerra mundial: había que simplificar la construcción abaratando costos, pero sin resignar atractivo visual. La ambientación venía de la opulencia del art decó; era hora de buscar algo más simple y efectivo. El resultado fue una forma de concebir los espacios y la decoración bajo un prisma más moderado, que terminó instalándose a fuerza de practicidad y sencillez. Por algo llegó a ser extremadamente popular.

Mentes creadoras como las de Charles Eames y su esposa Ray (realizadores de cine, además de arquitectos y diseñadores) con su Lounge Chair, o la del danés Arne Jacobsen con su Silla Huevo, entre otros, introdujeron diseños icónicos que aun hoy habitan en nuestros hogares, muchas veces sin que sepamos su origen creativo.

 

Pero volvamos al punto más importante, desde mi visión, que tiene este estilo. La funcionalidad. Nada es porque sí, todo tiene una razón. (Mi marido estaría siempre fascinado con estas prioridades.) Materiales como el aluminio, el acero cromado, el vidrio y sobre todo la madera, son tratados con sobriedad, proponiendo muebles de calidad bajo el eterno encanto de lo simple. Es que la propuesta incluye una vinculación directa con la naturaleza, donde la búsqueda de confort y de bondades ergonómicas están siempre presentes.

 

La madera es por antonomasia la aliada perfecta de este estilo; está viva, simboliza lo natural. Cuando dice presente con énfasis en el mobiliario, las lámparas en metal se lucen especialmente, ya sea en cobre, dorado o negro. También suelen aparecer en vigas que acompañan paredes de ladrillos a la vista. Todo simple. Cero exuberancia.

Al igual que con otros estilos, es un tipo de creatividad a la que me encanta recurrir en dosis meditadas. No hace falta reproducir en nuestra casa el decorado completo de una escena de “Mad Men” para disfrutar de este singular estilo.

En cuanto a recursos, la geometría también juega como anexo decorativo de peso en esta propuesta, con su potencia en textiles o en papeles pintados en la pared. Pero, como siempre digo, la balanza debe manejarla el propio estilo personal de la dueña de casa.

 

Fuente: Overstock

Si todavía no viste “Mad Men” (hoy disponible en Amazon Prime Video), es una buena excusa para dedicarle tiempo a cualquiera de sus temporadas y recrear la vista. Y si ya la disfrutaste, hace como yo: volvé a verla y detenete otra vez en esos ambientes cuidados, en esa puesta en escena que resulta ideal para que la belleza de la historia (no siempre con finales felices, habrá que decirlo) pueda encontrar el marco justo. Es un viaje a un tiempo estéticamente valioso, que podemos recuperar con toques sutiles en nuestra propia casa. Después me contás.

 

 

 

 

 

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