Grandes o chicas, ocupando toda la extensión de la pared o sólo pequeños espacios, las estanterías, bibliotecas y repisas representan un lugar de alto impacto visual en la decoración de un ambiente.
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Sin dudas, son el sitio ideal para exponer aquellos pequeños elementos que nos gustan y entendemos que nos representan, aunque también, es común que terminen siendo el destino final de muchas cosas que fuimos comprando con los años o que nos regalaron y no sabemos dónde ponerlas…
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Me preguntan cómo decorarlas, sobre todo porque bastante a menudo esa cantidad de elementos terminan ubicados de manera simétrica, simplemente apoyados sin mucho análisis, y el resultado no convence.
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En primer lugar, decidan qué van a exponer en ellas. Esta elección, como siempre digo, está bueno que recaiga en aquello que nos gusta visualmente, pero también que simbolice algo especial para nosotros. Sea por el recuerdo que nos traen, sea por la confección artesanal que tienen, o por la experiencia que nos ofrecen.
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Una opción clásica son los libros. En particular, si son de decoración, brindan un aporte extra interesante. Una forma de disponerlos es ubicarlos en un estante de manera vertical, en el de debajo de forma horizontal y luego en el que está debajo de éste, otra vez de manera vertical. También suma incorporar pequeños objetos decorativos, como mini floreros, cuencos, o cuadros chicos, ya que son elementos que nos ayudan a componer alternativas visuales interesantes.
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Con respeto a esos pequeños elementos de decoración, vuelvo a insistir en que puedan tener algún significado emocional, que ustedes puedan otorgarles esa cuota de sentido necesaria. En mi caso, tengo un cuenco que ocupa un lugar especial en mis elecciones porque fue creado por una artesana uniendo pequeñas partes, pieza x pieza, en un gran trabajo a mano que llevó tiempo. Tiene una magia particular.
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También podemos tomar como válida una estrategia de la fotografía: utilizar elementos en números impares. De esta manera, formamos triángulos visuales que son muy útiles para darle un matiz distinto a lo que vemos. A su vez, la posibilidad de jugar con otros elementos decorativos de distinto tamaño también amplía las opciones.
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Otro tema importante es la paleta de colores. Respetar una supremacía cromática nos lleva a lograr una armonía visual atractiva. En mi casa, blanco, negro, rosa y tonos azules. No incluí otros. No es importante la gama en sí, sino que me agrade cómo se ven de acuerdo a mi propio gusto.
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Para finalizar, tengan también presente lo atractivo que resulta mezclar texturas en la composición. Sean cuidadosas con los colores, pero diferentes texturas como madera, cerámica, acero, sumadas a las tapas de libros, otorgan relevancia a ese espacio y mucha originalidad. Y además, ofrecen un aporte no menor: resulta muy divertido llevarlas a cabo.